El Gobierno libanés ha asegurado este miércoles que al menos 1.928 personas han muerto y otras 8.704 han resultado heridas en los ataques que Israel lleva realizando las últimas dos semanas contra varias localidades de Líbano, particularmente en el sur, el este y en los suburbios de Beirut. Dos días después de que Israel pusiera en marcha su ofensiva terrestre en el sur de Líbano, el ejército se está enfrentando a milicianos de Hezbolá con combates a corta distancia, según reconocen tanto el partido-milicia chií como las tropas israelíes, que ya han anunciado la muerte de ocho de sus soldados. Israel ha reconocido que varios de los 200 misiles balísticos lanzados el martes por Irán consiguieron impactar en bases aéreas militares del país sin causar víctimas. Por otro lado, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha advertido que los focos de tensión en la región “se están convirtiendo rápidamente en un infierno”. Estas declaraciones se han producido después de que Israel haya declarado persona non grata a Guterres y le haya prohibido la entrada en el país por no condenar de forma “inequívoca” el ataque de Irán sobre Israel del martes.