La Caricatura Democrática Los partidos pequeños son el maquillaje del sistema: corrigen arrugas, pero nunca cambian el rostro

EDITORIAL DE IMPACTO MAEÑO

DE LA LUMA DEL ARQUITECTO Y AGRIMENSOR, FEDERICO FRANCO

3-11-2025

Los partidos pequeños son parte del equilibrio democrático, nunca avanzarán.

Ni crecerán, porque piensan como los partidos grandes, pero con presupuesto de partido pequeño.

Creen que el tamaño se mide por los votos y no por las ideas y así viven, soñando con ser “grandes” mientras se comportan como miniaturas del poder.

Un partido grande es un parto con cesárea.

Un partido pequeño es un parto con dolor.

Con la única diferencia está en quién corta el cordón:

en uno, el sistema; en el otro, la dependencia.

La única manera de crecer no es repitiendo los vicios del sistema,

sino rompiéndolo, hasta convertirse en una amenaza útil,

en un redentor que incomode a los cómodos,

en una piedra en el zapato de los poderosos,

no en su alfombra política.

Pero mientras los partidos pequeños sigan coqueteando con el sistema - mendigando puestos, aprobaciones y migajas de visibilidad -

seguirán siendo eso mismo que critican:

la sombra de su sombra, la caricatura de una democracia que jura estar viva, aunque solo respira por los tubos del clientelismo

Los partidos pequeños, en este país, no desaparecen: se reciclan y reciclan a su membresía convirtiendo este loop para olvidar y borrar compromisos viejos y crear nuevos compromisos.

Cambian de nombre, de logo y de discurso,

pero no de patrón.

Y mientras el sistema los siga usando de maquillaje,

seguirán siendo eso: el polvo compacto del poder,

puesto para disimular las arrugas de la democracia.

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