Perennemente, la historia lo recuerda como el mejor gobernador de Valverde, Lic. Miguel Taveras

6-28-2025

Un gobernador sin odio ni rencores, pero con don de mando en sus funciones como gobernador de la provincia Valverde, donde la máxima autoridad era él y nadie más, después del presidente Antonio Guzmán.

Los funcionarios públicos estaban bajo su control y mensual o trimestralmente había que darle rendición de cuentas de lo que se hizo y lo que no se hizo.

Los militares y miembro de la Policía Nacional, que violentaran los derechos humanos o abusaran de sus funciones, eran cancelados o trasladado de la zona de Valverde.

Nunca usó vehículo de lujo, visitaba a los pobres y a los ricos en los campos y la ciudad, la mayoría de fines de semana, compraba un sobre de café, con 20 y 100 pesos, y la devuelta se la daba a los padres de familias, para que se la dieran a los niños y niñas para que lo llevaran a las escuelas.

Fue un psicólogo de la política y el mejor conocedor de la idiosincrasia de los hombres y mujeres de nuestra provincia.

Fue un propulsor de la cultura de la paz, siempre tenía una sonrisa para los demás, y para el que cometía un error, le decía, ''siempre hay una oportunidad'' aprovéchala para el bien.

Fue el gobernador más joven del gobierno del presidente Antonio Guzmán, siempre era llamado para asistir a la residencia del mandatario, lo que no hacía con los otros gobernadores.

La provincia Valverde se viste de gala, cuando recuerda la humildad del mejor gobernador de la provincia, quien siempre anduvo con los pantalones muy bien puesto, para bien de la sociedad.

Reverentemente, la historia se escribió así, no ha vuelto a surgir nadie más, parecido o mejor.

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